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«Siempre queda un vigía en el interior. Por más que las circunstancias y por lo que deba atravesar un ser humano le lleven a suplantar su propia personalidad por una máscara protectora que él mismo se ha fabricado para atravesar el valle de las sombras; en el fondo de la conciencia siempre permanece un apuntador.»
Juan Trigo, en «Tierra»
EL PARAÍSO ESTÁ EN EL FONDO DE TU CORAZÓN 
Muy hermoso el pensamiento, creo que en algún momento de la vida nos ponemos la máscara, quizás para evitar que se vean nuestros defectos o tal vez para no ser lastimados, etc…, pero nuestra personalidad debe salir nuevamente, no podemos vivir con la máscara eternamente, siempre se nos llega a caer y quedamos descubiertos.
Las máscaras protectoras son necesarias cuando el corazón está en carne viva. Puede uno vivir y morir con ellas.
El apuntador es esa lucecita interior que, pase lo que pase, nada ni nadie consigue apagar, a la espera de que un día la avives.
Y cuando haces eso descubres que la luz tambien eres tú.
Siempre que tengamos conciencia de que es una máscara y del porque nos la ponemos. Desde luegola sinceridad puede llevarte ante el pelotón de fusilamiento, pero en cuestiones de pareja y amorosas es mejor la cirujía que una interminable agonía, es decir, quitarse la máscara para acabar de una vez lo que acabó hace tiempo
Anónima yo?..y una porra, Es mi ordenador que lo formateé y ni por esas. Estoy pensando en hacerlo yo…….que pasaría si pudiéramos formatearnos?..Uffff.
Oh, que maravilla Mária, formatear todo lo que nos han insertado… es para…