LA AUTOTRAMPA DE LA REVOLUCIÓN SOLAR


El otro día en clase una alumna me dijo, a propósito de la Revolución Solar, que en los cinco años que llevo como consultor suyo nunca le había sugerido buscar un lugar distinto al que tenía previsto pasar el cumpleaños para que su Revolución Solar fuera “mejor”. Le contesté que naturalmente, porque en mi opinión eso supone ponerse una trampa a sí mismo. Resumo aquí la explicación que le di sobre esta enigmática frase, que consumió la mayor parte de la sesión.
Como la Revolución Solar consiste en calcular la hora para la cual en el día del actual cumpleaños el Sol vuelve a su posición de nacimiento y con esa hora levantar la Carta, para su correcta interpretación hemos de tener en cuenta los dos elementos fundamentales de lo que tenemos entre manos: el Sol es el centro vital director de la persona, como lo es del Sistema Solar, y lo que estamos haciendo es referirnos hoy a la posición de nacimiento; echar la vista atrás sin pie en nuestro momento presente.
Enriqueciendo un poco más los conceptos, basándonos en que alma y cuerpo coexisten íntimamente en cualquier microlugar de nuestro ser encarnado, en toda célula, en cada reacción biológica, en cada pensamiento o emoción, etc., el Sol en nuestra Carta Natal también sintetiza la conciencia central, ese orden implicado en el todo que permite algo tan trascendental como poder darnos cuenta de nuestro momento presente.
Por lo tanto, ese volver hoy la vista a nuestro nacimiento, puede significar ni más ni menos que nuestra conciencia central, haciendo un balance implícito de lo que hemos vivido, quiere revisar en el año presente una serie de temas de nuestra vida, expresión indisoluble de nosotros mismos. De ahí que, colocando ambas cartas una sobre la otra, lo primero que vamos a ver es donde cae el Ascendente de la Carta de la Revolución Solar sobre la Natal para diagnosticar qué es lo que nuestra conciencia central quiere revisar, poner atención, trabajar internamente. Dando muy superficialmente algunos ejemplos a vuela pluma, cuando el Asc de la RS cae en la IV de la Natal pensamos que la persona ese año va a cerrar un ciclo y comenzar otro, si cae en la I, la persona va a revisar su propósito, en la VII, su manera de relacionarse, etc. A partir de ahí desarrollamos en cadena la interpretación del resto de la Carta, relacionándola con la idea central de balance de nuestra vida para revisar ese año uno de sus aspectos.
En virtud de lo expuesto, pienso que tratando de alterar el curso natural de nuestra vida para que ese año no sea tan “duro” como pinta la Carta Natal levantada para el lugar en el que estamos o vamos a estar siguiendo ese curso natural, lo que hacemos es tratar de despistar a nuestro centro director. Digo tratar, porque la divinidad que somos y por la que estamos aquí se toma esa debilidad con tolerancia y compasión, porque simple hecho de que lo que evitemos hacer ahora lo tendremos que hacer después multiplicado y será mucho más doloroso. Es como aquel que sabe que ha de operarse de algo maligno y va alargando la cosa con tratamientos paliativos. En mi opinión tratar de modificar las cosas en el curso de nuestras vidas no es más que otra via de escape que no lleva a ninguna parte, como tratar de es capar fuera de un bote en alta mar.
Juan Trigo
Enero 2017

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