Los Planetas Retrógrados


 

562e4209d4db2

Apuntándome al carro de los preocupados por la retrogradación de mercurio, me permito hacer un comentario en sentido contrario, es decir de la no pre-ocupación. Voy a tratar de explicarme.

Primero, la retrogradación es un movimiento aparente producido por la distorsión de ver las cosas celestes desde una perspectiva geo-céntrica, es decir tomando como base errónea de ser la Tierra el centro del universo, ya que cada planeta sigue imperturbable su trayectoria. Lo cual (a pesar de que hasta el Siglo XVI con Galileo y Copérnico se tomaba como cierto) no deja de tener su sentido ya que nos interesa observar cómo nos influencian las energías planetarias aquí en la Tierra, pero no hemos de perder la oportunidad de reflexionar en términos globales y constatar que este fenómeno no es más que una distorsión óptica de la realidad.

Con eso no quiero decir otra cosa que interpretemos la retrogradación de los planetas en su justa medida, es decir como un efecto óptico y que cesen nuestras angustias, por lo menos las de mis amigos que me llaman para preguntarme qué va a pasar ahora que Mercurio retrograda.

No va a pasar nada más que un efecto óptico, una sensación apreciativa de la realidad, nada más. Veamos uno por uno. Dejando aparte el Sol y la Luna que no “retrogradan” porque los vemos siempre en su movimiento real. Lo que sigue a continuación por supuesto se aplica muy bien en progresiones secundarias.

Mercurio retrógrado se hace más lento, retrasa un poco su acción, y por tanto puede tener sus ventajas en aquellas cartas en las que este planeta se precipita en sus juicios, análisis y transmisión de datos, es decir se vuelve un poco más reflexivo, piensa un poco más antes de hablar, por poner algún ejemplo.

Venus retrogrado puede tener la ventaja de permitirse saborear más aquellas sensaciones que por aspectos tensos en la carta no podía.

Marte retrógrado se precipita menos o más tarde y puede permitir que otros planetas le hagan meditar antes de lanzarse contra el muro y romperse la cabeza.

En Júpiter retrógrado tenemos el claro ejemplo de aquella persona que teniendo un júpiter prominente y mal aspectado que tiende a la fanfarronería y exceso de orgullo (conocido mecanismo de defensa), cuando por progresiones o tránsitos retrograda goza del privilegio de hacerse un poco más humilde y prudente.

Saturno retrogrado se hace más profundo, más precavido, no suelta el control y evita que nos lancemos volando por el precipicio porque a lo mejor un aspecto de Neptuno nos hizo creer que éramos Ícaro (el que salto queriendo volar hasta el Sol con alas hechas de cera).

En los transaturninos la retrogradación es un efecto generacional y por tanto aún tiene menos relevancia. Así, Urano no tiene tiempo ni para la retrogradación. Quiero decir que no se nota. En Neptuno tampoco se nota nada, como en cualquier cosa relacionada con este planeta aparte de la nebulosa dispersora oceánica. En Plutón, los miedos obsesos están tan profundos que igualmente necesitamos un buen barreno para perforar los escudos protectores para penetrar al descubrimiento de sus tesoros.

retrogradacion

 

MI OPINION DE LO QUE ES UN VERADERO MAESTRO ESPIRITUAL


IMG_0093

Para empezar planteando esta crucial cuestión, que la humanidad ha tenido que enfrentarse y sufrir las consecuencias de no encontrar una respuesta válida (aunque la tuviera ante sus narices, en el ejemplo de Jesús de Nazaret) y que tantos miles de millones de vidas ha arrastrado a la inutilidad y la ignorancia, podríamos empezar por la propia vida de Sócrates, maestro de maestros, que la dedicó y la sacrificó en aras de la Verdad. Y digo ejemplo de vida por aquella advertencia bíblica: “Por sus obras los conoceréis”, es decir, juzguemos por lo que hacen y no por lo que pretendan vendernos para supuestamente aliviar nuestra angustia existencia. Y me gustaría empezar por mi propia experiencia con maestros sufís.

Yo había tenido contacto con discípulos de Idries Shah, de la orden Naqshbandi, y leído muchas de sus obras, diez años antes de mis contactos directos con órdenes derviches en Estambul y Teherán.

A través de la búsqueda de contactos y la correcta explicación de mis intenciones, según había estudiado en las obras especializadas, y con el aval de un discípulo (como también se describe que has de hacer en los manuales de instrucciones sufíes) llegué a participar en una sesión de los jueves en la Hanegah (“casa de agua”, traducido literalmente del persa; lugar de reunión y alimento espiritual, de ahí la simbología del agua) de la orden Nematullah Wali en Teherán para suplicar me admitieran. Y esto es lo que quiero explicarles:

Lo primero que el Sheikh, Maestro, me preguntó fue cuál era mi situación social. Le dije que me acababa de divorciar y que mi intención era la de peregrinar por el mundo en busca de la Verdad. Me respondió inmediatamente pero con mucho cariño:

“Amigo mío, loables son tus intenciones, pero aquí no podemos ayudarte. Todos tenemos una familia a la que cuidar y proteger, y por tanto dependemos de un empleo. Aquí todos estamos en las mismas condiciones; yo soy empleado de banca, mi esposa es maestra en una escuela pública, el hermano Verreshk, que tan gentilmente te ha traído hasta nosotros es sastre y mantiene a esposa y tres hijos, de momento… (rió). Te explicaré algo que seguramente habrás leído sobre nosotros: Estamos en el mundo sin ser del mundo. Y este estar en el mundo lo es con todas sus consecuencias, y precisamente eso es la mejor herramienta de aprendizaje. No podemos trabajar contigo en las enseñanzas si no dispones de ejemplos claros y concretos en tu vida cotidiana que te sirvan para comprobar esas enseñanzas de desapego, servicio y a fin de cuentas amor. De modo que si algún día decides colocarte en ese estado de la condición social, vuelve y hablaremos. De momento tu hermano en la orden te proveerá de los libros en inglés que necesites.”

He de añadirles que ese empleado de banca movía cada jueves por espacio de varias horas a dos centenares de hombres y mujeres al ritmo de los tambores y las ney (flauta) hasta el paroxismo espiritual, mientras daba órdenes con la mente a uno y a otro para que se sucedieran en el recitado de las letanías.

Lo que pretendo compartir es que un verdadero maestro no predica, no trata de convencer, de poner las cosas bonitas y atractivas para captar adeptos o discípulos, no muestra lo que sabe ni jamás se vanagloria de ello, porque es consciente que su sabiduría no es suya y que él solo es un canal de transmisión que debe mantenerse limpio y sin estorbos, como un perfecto instrumento musical. Por ello no reclama dependencia y mucho menos devoción. Y es aquel que al ver que su discípulo ya ha asimilado sus enseñanzas que podía administrarle le invita, o le obliga si es necesario, a dejarle, a apartarse de él, porque es muy consciente de que sus enseñanzas, como las de cualquier otro maestro solo pueden abarcar una parte de la totalidad (*). Por ese motivo, porque no hace de sus enseñanzas trascendentes un negocio, ha de tener un empleo o profesión liberal para mantener a su familia.

Uno de los modelos capitales es Krishnamurti, aquel que no quería discípulos ni crear grupos ni organizaciones, que recomendaba no creer a nadie ni a nada que uno no haya podido experimentar. Un hombre capaz de disolver la Orden de la Estrella de Oriente, con más de 10.000 devotos seguidores y capaz de donar sus propiedades para crear escuelas y ceder sus bienes hasta el punto de pasar hambre en algunos momentos de su vida (descrito en su biografía por el matrimonio ingles que lo acogió en su casa). Recomiendo muy especialmente leer su “Discurso de Disolución de la Orden de la Estrella de Oriente”, una operación de márquetin Occidental, creado por mentes oscuras como Anie Besant y Lembecker, para contrarrestar la influencia de la espiritualidad de la India a principios del Siglo XX.

Y por el contrario, uno de los modelos a desmontar es Gurdjeff. El caso de este “mongol que extravió el camino” como suelen llamarle en los círculos sufís del Asia Central, es el típico del iniciado que habiendo sido entrenado en las más altas disciplinas del conocimiento se creyó protagonista de las mismas, es decir, en lugar de canal pensó que era el creador y su vanidad le impulsó a fomentar el culto a su personalidad, y a partir de ese momento la Fuente se desconectó de él.

Es interesante estudiar su trayectoria, y se puede hacer por medio de dos libros: “Los Maestros de Gurdjeff” de Lefort, en el que se describe como viaja de maestro en maestro, de Siria a Egipto, etc., para aprender de cada uno las enseñanzas que éstos pueden darle; lo que decíamos más arriba, cada Maestro solo puede enseñar una parte de la Unidad. Y la segunda obra a leer su “Mis Encuentros con Hombres Notables” donde podemos comprobar su elevado grado de asimilación de las enseñanzas antiguas, y tal vez algunos extractos de su “Relatos de Belcebú a su Nieto”. El resto es repetición y tratar de sacar partido a todo lo que va encontrando, añadiendo de su propia cosecha mucha imaginación.

En resumen, podríamos reflexionar sobre la condición mundana del maestro espiritual que iniciábamos al principio, por medio de una sencilla pregunta: ¿Es un empleo, un negocio o una responsabilidad? En otras palabras, ¿se puede vivir de aliviar el vacío existencial de la gente y ayudar a su descubrimiento personal? Y como no me estoy refiriendo a profesiones como la de psicólogo, astrólogo o sacerdote, sino a fenómenos mediáticos como Castaneda, Sai Baba, etc., por poner algún nombre no contemporáneo, a mí entender una útil vara de medir puede ser aquella máxima crística citada al principio de: “por sus obras los conoceréis”.

Tomemos un ejemplo muy conocido: Castaneda salió a hacer un trabajo de campo para su tesis doctoral de antropólogo y se encontró de bruces con una parte espectacular y exótica del Conocimiento, y él y sus discípulos crearon una corriente espiritual. Dejando aparte la controversia sobre la veracidad de sus afirmaciones y la opacidad biográfica, porque no es objeto de lo que quería exponer, lo real es que en “Las Enseñanzas de Don Juan” encontramos un elemento, presente en todas las enseñanzas trascendentes, destinado a proporcionar a la persona la percepción de su otra realidad, probablemente La Realidad. Lo que quiero decir es que si se toma un elemento por si solo sin relacionarlo con la totalidad, uno puede hacerse rico publicando libros, cobrando conferencias y cursos y en fin otras manifestaciones mediáticas, pero solo habrá cumplido con aquel chiste del diablo y el humano que encontró una parte de la Verdad.

Dice que un día caminaba el Diablo por la calle explicando a sus discípulos algún aspecto del Conocimiento cuando uno de ellos le advirtió: “Maestro, mirad ahí abajo, ese humano ha encontrado una parte de la Verdad”. “¿Y qué?”, respondió el Diablo. “Pues que puede desmontar toda nuestra estrategia de manipulación de masas”. “No te preocupes, pues ha encontrado solo una parte, y como le va a deslumbrar ese descubrimiento, creará una secta o corriente espiritual y se olvidará de seguir buscando para relacionarlo con la Totalidad”.

El dilema es: Encontrar una parte y explotarla mediáticamente o seguir buscando las demás, aunque uno deba mantenerse en el empleo o profesión que le da de comer. Eso es lo que quería proponer aquí.

Juan Trigo
El Bruc diciembre 2014

(*) La Verdad está diseminada por el mundo, y al buscador ha de ir recopilando los fragmentos, en una especia de ritual referido al mito de Isis recogiendo los pedazos de Osiris. Dice Ibn Arabi, sufí hispano del siglo XIII, “Un verdadero arif (compleja palabra árabe que podría traducirse como creyente, buscador, realizados espiritual) no puede quedarse atrapado en ninguna forma de creencia.

Una reflexión de «Sentido común».


sentido común

*

Es un juego de palabras para reflejar que normalmente no tocamos de pies al suelo usando nuestro espíritu crítico natural y nos dejamos llevar por manipulaciones interesadas en fantasear la realidad. Indica que en lugar de aplicar la experiencia adquirida por experimentación directa, es decir comprobar las cosas por nosotros mismos, cosa que debería ser natural en nosotros, «común», nos dejamos llevar por la «Inteligencia emocional» creada por vendedores de fantasías como la publicidad, la política, la religión, etc. Sentido común seria la aplicación directa a los actos de nuestra vida de lo que nuestro instinto ve y comprueba, y en lo que deberíamos estar de acuerdo todos porque la realidad es en esencia. Una para todos, aunque vista desde todos los ángulos distintos, y ahí estriba el enriquecimiento personal en aprender cosas, pero es la misma. El mundo es el que es y nuestra experiencia es personal, pero esa experiencia debería sintonizar con el mundo, y no con las fantasías intencionadas que tratan de modificarla en beneficio de quien las crea.

Juan Trigo

¿ATANDO CABOS? Apuntes en un aula de repaso


*

Decíamos ayer que tenemos dos posibilidades para explicar la aparición de la especie humana sobre la tierra: un accidente o que nos trajeron con un propósito.

Dejando aparte la primera porque ya  está; nada que añadir (como indica el Tao, el Confucianismo e incluso el budismo). La segunda viene avalada por la mayoría de las teogonías religiosas mono y politeístas, a cual más elocuente abundando en la teoría de los colonos (seres superiores que engendraron la especie humana en base a un cruce genético, al que podría referirse aquella leyenda de que ”los dioses fecundaron a las mortales”), como el Libro del Génesis, la propia mitología greco-latina y algunos de los cuentos capitales del sufismo, como el de ”Los Isleños”, “los Actores”, ”El Hijo del Rey”, etc.

En teoría, sobre el papel, el propósito más o menos coincide: Servir (en forma de adorar, Amar, etc.) a quienquiera que fuese “El Creador”. O, como apunta Gurdjeff en boca de Ouspensky en su obra “Fragmentos de una Enseñanza Desconocida”: Colaborar en el desarrollo del sistema solar, concretamente desarrollar la Luna en planeta (se me escapa por completo como puede la especie humana hacer eso, o sus amos sirviéndose de ella, como se le debe escapar a una hormiga las razones por las que metemos insecticida en su casa).

En el cuento sufí “Los Isleños” ya se advierte contra tipos como yo que no aceptan ciegamente la disciplina impuesta por las jerarquías superiores y usan esa rara facultad típicamente humana de emplear lo que definimos hoy por “espíritu crítico” y se atreven a escoger, es decir a desobedecer. El resto creen todavía que siguen siendo rebaño de esas entidades intergalácticas.

En el “capítulo” de hoy me gustaría abrir otra brecha. Sí nos han traído aquí por un propósito, ¿Cuál puede ser? Veamos: toda colonia, sea galáctica o terrenal, cría a su rebaño (palabra sospechosamente repetida tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento) para procurarse alimento. Bien, ¿Qué datos tenemos? Todo está escrito en los libros revelados, aunque en clave, y los vestigios esparcidos por doquier. Solo hay que hacer de investigadores forenses para ir recogiendo y analizando pruebas con las que esclarecer el caso.

Lo particular y curioso de este rompecabezas es que dependiendo de qué piezas vayas encontrando formarás un paisaje u otro. Llevará el mismo título, “Teoría sobre la Creación de la Especie Humana”, pero los paisajes serán distintos uno de otro, a veces muy distintos. Y es que esas piezas, los vestigios esparcidos por la tierra, como en el mito de Isis y Osiris, son plásticos y parecen tener vida propia, tanto que con una sola pieza, un pequeño fragmento, puedes construir todo un paisaje. No se parecerá en nada al original, pero el buscador se queda satisfecho porque le parece deslumbrante, y no sigue buscando.

Pero sigamos. Tengo entendido que los dioses babilónicos (corríjame si le apetece quien lo sepa, se lo ruego) se alimentaban de los efluvios provocados por las emociones humanas, especialmente las que se producen en el momento de la muerte o en situaciones de extrema tragedia; para eso los criaron. Es lógico pensar que si un día les cogía con hambre desmesurada provocaban unas cuantas guerras y catástrofes más para que el colosal sufrimiento humano provocara nubes de emocionalidad desgarrada con las que saciarse.

Ernest Scott en su libro “El Pueblo del Secreto” (doy el título en inglés porque la traducción es infame, a lo mejor a propósito, “The People of the Secret”), donde relata la teoría de un Directorio Planetario que controla y rige los designios de la humanidad, dice que en el plan divino está escrito que no tiene utilidad coartar la libertad del ser humano forzándolo a obedecer, porque si se le deja a su aparente libre albedrio, las emociones que genera su desesperación por sobrevivir en un mundo insólito, son de mejor calidad.

Ya podría ser, porque, habiendo demostrado con creces los grados de inteligencia que es capaz de alcanzar de desarrollar el ser humano en la persona de sabios insignes e iluminados que han poblado la tierra, ¿Cómo es posible que la humanidad sigue devorándose mutuamente (“homo homini lupus”)? Vejaciones, torturas, explotación, infelicidad, esclavitud, violencia, sistemas de gobierno destructivos incluso de su propio entorno, hoy llamado “medio ambiente”.

Se objetará que estos altísimos especímenes en inteligencia clarividente son pocos, pero a eso se puede contra-objetar que aunque sean pocos podrían influir en la mayoría para evitar la manifiesta autodestrucción a la que asistimos todos los días, a no ser que resulte siempre válida la máxima de Edmund Burke “El mal avanza porque los hombres buenos no hacen nada”.

La operación de neutralización y fagocitosis del mensaje prometeico de Cristo es un ejemplo patente. En mi opinión vino a decir algo así como un “ya basta de machacarse unos a otros inútilmente, ámense y vivan en armonía”. Mensaje que fue rápidamente alienado por los primeros Padres de la Iglesia de forma magistral. Sin modificar un ápice sus palabras (o a lo mejor sí) crearon una interpretación que no hacía más que seguir la ley mosaica del “ojo por ojo, diente por diente”, de la autoinculpación, de la penitencia, de la mortificación, por más que Cristo repitiera hasta la saciedad que vino a “cumplir” esa ley; es decir a hacer efectivo ese “ya basta de torturarse mutuamente, déjenlo, no sirve de nada”.

Otro dato: ¿Por qué las ordenes iniciáticas, los caminos de elevación espiritual (sufismo, zen, los grandes maestros espirituales, etc.) recomiendan desapego, renuncia a las necesidades mundanas, carpe diem, etc.?  Sospecho que precisamente para reducir la emocionalidad desesperada por tener, por poseer (a personas o cosas) y acercarse a la actitud de esos grandes Maestros de estar en el mundo sin ser del mundo, de no necesitar nada. Lo cual según la teoría que acabamos de rescatar de las excavaciones babilónicas no contribuye precisamente a alimentar a los colonos ¿Serán estas líneas de trabajo espiritual un movimiento revolucionario contra ellos, contra esas jerarquías superiores que rigen el destino de la humanidad?

También pude ser, como apuntan otras teorías, que se trate de una colonización fallida, como explica la misma mitología babilónica, que indica que la especie humana se reprodujo tanto y de forma tan caótica que el rebaño no pudo controlarse y disminuyó su interés para los colonos, que terminaron marchándose dejando al rebaño a su suerte, y por lo tanto construyéndose innumerables teorías del Regreso (que luego se convertirían en doctrinas y luego en religión, dependiendo de las crisis de ansiedad de cada grupo de gente). Y este sería un poco el sentimiento implícito en la humanidad de los últimos milenios; estamos solos y a nuestro aire, y con la esperanza de ir creando mejores condiciones de convivencia para que la monótona navegación de este navío en órbita alrededor de nuestra estrella sea lo mas llevadera posible.

Esa libertad real de acción, ¿engendraría el miedo que recoge Eric Fromm en su obra capital, “El Miedo a la Libertad”?

Juan Trigo

EXÉGESIS


*

Muchas gracias, Gabriela Teijo, por tu sugerencia. Como comentábamos en el chat a propósito de dominar la ligereza que tiene la mente a la hora de justificarlo todo, que una de las exégesis del Corán, atribuida al poeta Ansari, (Khwaja Abdullah Ansari Herat 1006–1088) ejecuta una interpretación profunda de uno de los versos de la primera Azora: «Enséñame el camino recto…», precisamente para simbolizar el dominio del corazón sobre la mente, la verdad esencial y sincronizada perfectamente con los ritmos de universo sujetando el inmenso caos versátil que puede ser el bosque enmarañado de neuronas del cerebro.

En Oriente tradicional se toma al corazón como centro de referencia de la persona. Desde las técnicas de meditación en silencio concentrados en el punto central detrás del esternón, para provocar un estado alterado de conciencia que te sincronice con los ritmos esenciales del universo y así distanciarte del caos de las cosas del mundo humano, hasta las cosas más sencillas en los hábitos cotidianos como el saludo árabe de llevarse la mano al corazón en señal de respeto y solidaridad.

El corazón no miente, pero al cerebro le cuesta no mentir, por tanto la oración pide que el alma sea iluminada para dirigir al cerebro DESDE el corazón, es decir que el cerebro sea una pura herramienta al servicio de la verdad.

No hay edición castellana ni inglesa de su libro de exégesis (interpretaciones de un texto religioso) “Kashf al-Asrar wa ‘Iddat al-Abrar”, solo en persa. Lo oí en una sesión de sufismo de la orden Owesi con mi mujer, que es persa, y me lo tradujo.

En otra sesión, se mencionó que, por ejemplo la leyenda bíblica del sacrificio de Abraham a su hijo Isaac por mandato de Dios (que también está en el Corán), no es otra cosa que la entrega del Ego, en palabras textuales del Pir Hazrate (maestro) de esa orden, “degollar al Ego” para servir mejor a Dios, nuestra propia esencia universal.

Todos sus libros de poemas están traducidos al inglés y a varios idiomas, pues se trata de uno de los poetas insignes de la tradición medieval persa, pero curiosamente éste que es una verdadera perla del conocimiento secreto, pues ahonda en las profundidades de un texto revelado, al parecer nadie ha traducido. Muy curioso.

Es un autor no grato a la ortodoxia del poder eclesiástico, porque busca interpretaciones escondidas del Corán para que el ser humano vaya accediendo a mayores grados de conocimiento y de ahí a la libertad, cosa que noconviene en absoluta a ninguna jerarquía religiosa.

Este es un tema que da para mucho, por ejemplo la búsqueda de las claves cristianas de los evangelios calificados como apócrifos, o por ejemplo de los monumentales contenidos de los libros de Antiguo testamento, como la colosal revelación no tan escondida del Libro 3 del Génesis, cuyo extracto enmarqué yo para mi despacho, y que puede leerse en cualquier biblia de uso corriente.

Juan Trigo

Campaña de regalos de Navidad: DICCIONARIOS DE LA FALSEDAD


Juan Trigo: ¿Qué os parece montar una campaña de regalos de Navidad consistentes en DICCIONARIOS DE LA FALSEDAD, en cuyo prólogos podría escribirse algo así, como “Breves instrucciones para echarle algo contundente a la cara a todo político/banquero que se invente palabras y/o significados con el objeto de disfrazar su próxima fechoría”?

Palabras que me he olvidado (vendrás más, son infinitas, tantas como las variantes de la fechoría):

QUITA: refiriéndose al 50% de asunción de la vergüenza por haberse hecho de oro a costa de los presupuestos de Grecia. Es como si por arte de magia logramos acorralar al mafioso de turno en un callejón y accede a devolvernos el 50% de lo que nos ha robado.

CONSTITUCIÓN: Libro sagrado en otras épocas y que definía la esencia de la DEMOS-CRACIA; ahora completamente en desuso, y substituido por un documento de Word rápidamente enmendable por quien tenga el password.

Fuente: Juan Trigo en Crisis Económica 2010

Imagen: Estudio Minga (продолжение)

El Carpe Diem de Omar Khayyam


A lo largo de nuestra andadura por los caminos de la angustia ante lo que pueda depararnos el futuro, los grandes pensadores, ya de viejos y a modo de epitafio, y después de haber usado mucho el arte de no saber vivir, nos recomiendan tomarnos las cosas de modo muy distinto al que nos fuerza nuestra predisposición a todos los temores posibles. Además de recomendar releer los famosos epitafios de Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, y tantos otros, os propongo hoy un muestrario del Rubayat de Omar Khayyam, sobre el que creo que no hacen falta comentarios.

¿Temes lo que puede traerte el mañana?
No te adhieras a nada, no interrogues a los libros ni a tu prójimo.
Ten confianza; de otro modo, el infortunio no dejará de justificar tus aprehensiones.

Al mundo me trajeron sin mi consentimiento y los ojos abrí con sorpresa infinita, partiré después de reposarme un tiempo sin saber la razón de mi entrada y salida.

¡Un instante de aliento en la ruta desierta gustar solo una gota del agua de la vida!
Las estrellas se apagan; la caravana alerta parte ya hacia la Nada: ¡ya es la hora, despierta!

Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, procura ser feliz hoy. Coge un ánfora de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe, mientras te dices que quizás mañana te busque, en vano, el astro de la noche.

El viento del sur marchitó las rosas que loaba, en sus cantos, el ruiseñor. ¿Habrá que llorar por ellas o por nosotros? Cuando la muerte marchite nuestras mejillas, otras rosas se abrirán.

Bien sabes que no tienes ningún poder sobre el destino, ¿por qué la incertidumbre del mañana motiva tu ansiedad? Si eres prudente, goza el momento que pasa; lo futuro ¿qué encerrará?

Caeremos en la ruta del amor, y nos pisoteará el destino. ¡Oh, mi pequeñuela! ¡Oh, mi preciosa copa! Levántate, y  dame tus labios, antes de que me convierta en polvo.

¿Sabes lo que te puede acontecer mañana? Ten confianza, pues, de lo contrario, no dejará el infortunio de justificar tus temores. No te apegues a nada. No interrogues los libros ni a los hombres: él destino es inescrutable.

¡Cuán débil es el hombre! ¡Qué ineluctable el destino! Faltamos a nuestros juramentos, y la deshonra nos es indiferente. Yo mismo, a menudo, obro como un insensato; mas tengo la disculpa de estar enamorado.

Supongamos que hayas resuelto el enigma del universo, ¿cuál es tu destino? Supongamos que hayas arrancado a la verdad todos sus velos, ¿cuál es tu destino. Supongamos que hayas vivido feliz cien años, y vayas a vivir aún cien años más ¿cuál es tu destino?

La verdad y el error, la certeza y la duda, no son sino palabras huecas como pompas de jabón. Irisadas o grises, esas burbujas son la imagen fiel de nuestra vida.

Todo el mundo quisiera marchar por la senda del conocimiento.
Unos la buscan afanosamente; otros dicen haberla encontrado ya.
Mas un día una voz clamará: «No hay ruta ni sendero.»

El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio. La vana ciencia de los hombres: palabras. Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras. El fruto de tu continua meditación: nada.

Los sabios no podrán enseñarte nunca nada, mas la caricia de unas negras pestañas de mujer te revelará la felicidad. No olvides que tus
días sobre la tierra están contados, y que bien pronto volverás al polvo. Trae vino, busca un lugar al abrigo de importunos, y deja que la vid te consuele.

Gira la ruleta, indiferente al cálculo de los sabios. Renuncia al esfuerzo vano de contar las estrellas. Medita más bien en esta verdad: habrás de morir, no soñarás más, y los gusanos de la tumba, o los perros vagabundos se disputarán tus despojos.

Los sabios de mayor renombre caminaron en las tinieblas de la ignorancia; fueron, sin embargo, las lumbreras de su tiempo. ¿Su obra? Dijeron unas cuantas palabras confusas y se quedaron, después, profundamente dormidos.

Juan Trigo, en «Crisis económica 2010«

Ha comenzado una bella revolución


«No necesitamos líderes, no necesitamos héroes, no necesitamos cristalizar los movimientos en unas siglas ni acrónimos, no necesitamos ningún culto a la personalidad, no necesitamos ninguna jerarquía. Solo necesitamos una cosa, proponer que la gente despierte y se ponga andar por sí misma. Esa es la increíble belleza de la revolución que ha comenzado. Es la revolución de los corazones, no de las estructuras.»

Juan Trigo, en «Crisis económica 2010«

La Raíz de la Crisis Económica


*

“Nuestro sistema económico está basado en el neurótico principio del crecimiento ilimitado y se basa en provocar, via la publicidad y otros medios generadores de insatisfacción, que la gente consuma todo lo que pueda y por lo tanto se hipoteque todo lo que los bancos le dejen. El llamado estallido de la llamada crisis Económica, como no ha atacado ni de lejos la raíz del problema, tan pronto como la propia dinámica del ciclo económico dé la vuelta al sentido de la recesión, la gente va a lanzarse a consumir de nuevo para hacerse la ilusión de que es feliz.»

Juan Trigo, «Crisis económica 2010«

SER CONSCIENTES DE NUESTRA PROPIA VORACIDAD